
Todas las organizaciones son creadas con un fin: crear un producto, ofrecer servicios, promover acciones sin fines de lucro, etc; para llevar a cabo su misión las organizaciones adquieren activos tales como equipo de cómputo, oficinas, vehículos, materia prima, etc, éstos activos deben ser protegidos para evitar el robo, daño y mal uso en términos generales, es en ese momento en donde surge la necesidad de implementar una política de seguridad corporativa.
Las políticas de seguridad corporativa se componen de 3 elementos: capital humano, procedimientos y sistemas de seguridad; tienen un principio clave: la homogeneidad, esto quiere decir que los lineamientos descritos dentro de la política se aplicarán de forma idéntica en cada una de las sedes de la compañía.
Es altamente recomendable la contratación de especialistas en seguridad para definir las políticas adecuadas de cada organización; una evaluación de riesgos es el primer paso para determinar las vulnerabilidad y amenazas a las que se está expuesto.
El tipo de sistemas electrónicos a implementar y los procedimientos que conformarán la política son únicos para cada organización, un diseño creado en el contexto propio de la compañía generará los mejores resultados. El tamaño de la inversión dependerá de los riesgos, su probabilidad de ocurrencia y el impacto que pueden producir.
Hoy en día toda organización debe contar con una política de seguridad para resguardar sus activos críticos, la seguridad es un valor y una inversión que al administrarse de forma correcta por profesionales potenciará de forma indirecta el éxito de las compañías.
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